La destacada escritora cartagenina que busca fomentar la lectura entre los jóvenes
Isabella Castellón es la autora de tres novelas que han tenido muy buena recepción por parte del público incluso fuera de la provincia. Ahora va por su cuarta producción literaria, que es una trilogía.
La lectura conquistó a Isabella Castellón, seudónimo de Isabel Valencia Cabrera, en la etapa escolar, lo que con el paso del tiempo la motivó a querer crear sus propias historias y, como ella reconoce, no querer parar más de leer y escribir.
Sus novelas "Otoño en abril", "Que te condene Dios" y "Café de Barrio" son la prueba del talento de esta amante de las letras que se ha convertido en referente de los autores locales especialmente de los jóvenes, entre quienes busca promover la lectura, sobre todo para que conozcan el trabajo de escritores de la zona, los que, afirma, no disponen de los espacios suficientes para darse a conocer.
Esta oriunda de Cartagena radicada actualmente en Las Cruces tiene también habilidades manuales, lo que refleja en los múltiples bordados en todo tipo de telas y pinturas que realiza, las que exhibe en su instagram @castellon_issa.
-¿Qué te motivó al mundo de las letras?
-Escribo desde que era chica, cuando estaba en educación básica y no puedo parar. En mi casa siempre hubo libros, por mi mamá que siempre fue muy buena lectora. Además, recuerdo que en verano llegaba una tía, cuando yo tenía 10 años y la veía leer mucho por ejemplo "Corín Tellado", después iba y los cambiaba, porque no los compraba. En una oportunidad me trajo una novela de Corín Tellado y lo leí "de una". Después leí "El niño que enloqueció de amor" y desde ahí empecé a leer de todo.
-¿Hay algún libro en especial que te haya llegado más por la historia o el mensaje?
-Qué difícil, no lo había pensado. Son varios los que me gustan mucho, pero hay algunos que me he repetido más de una vez. Por ejemplo, "Cumbres Borrascosas" lo he leído tres veces, los de Gabriel García Márquez los he leído todos, son muchos los libros que me encantan. También me gusta la poesía de María Elena Blanco, María Luisa Bombal. Acá en el litoral hay mucho que leer.
-¿Cómo te diste cuenta que lo tuyo era la literatura?
-Siempre he sido muy lectora. Creo cuando estaba en el instituto comencé a descubrir el oficio. Pasé por todas las etapas. Escribí cuentos y canciones, pero cuando partí lo hice escribiendo cuentos para niños, los envié a distintos concursos y cuando vi la respuesta que era favorable me di cuenta de que podía dedicarme a esto.
-¿Cuándo escribiste el primer libro?
-Mi primera novela es de 2013 y demoré 21 días en escribirla. Se llama "Otoño en abril". Después en 2018 escribí una novela histórica y en pandemia publiqué "Café de barrio". Ahora estoy escribiendo mi cuarta, quinta y sexta novela, son tres al mismo tiempo.
-¿De qué se trata "Otoño en abril"?
-Es una novela breve, súper emotiva que habla de dos ancianos solitarios que están internados en una casa de reposo y ellos comienzan a contar sus vidas poco antes de partir porque saben que en algún minuto ya no van a estar, pero necesitan ser escuchados como una manera de escuchar y ser escuchados.
-Es un tema muy real…
-Sí, retrata la vida misma. De hecho, cuando escribí esta novela nunca pensé que iba a llegar a ser lectura complementaria en colegios. Fue el tema el que la llevó a que el profesor quisiera que los niños lo leyeran, porque es un tema que no se toca siempre, que no está frecuentemente en una novela. Incluso esta novela llegó a ser postulada al Altazor y al Premio Nacional del Libro en 2013. Han pasado diez años y ese libro todavía se vende.
-¿Con qué temáticas continuaste en las siguientes obras?
-La segunda novela que escribí fue "Que te condene Dios" en 2018. Relata la historia de Elena Salvatierra y está ambientada en la estación de trenes de Cartagena. Ella es una mujer resiliente que lucha por el amor en una época machista, donde la mujer tenía un rol totalmente distinto, sumiso y vulnerable. Entonces la novela tiene como propósito reflexionar sobre la mujer en el siglo XX, tanto en el espacio social, familiar y laboral, en el fondo visibilizar el rol de la mujer.
-¿Durante la pandemia también te dedicaste a escribir?
-Sí, escribí un libro de cuentos que tiene un lugar en común que es una cafetería de barrio. En ese lugar se juntar personajes y nacen estos cuentos que traspasan generaciones. El primer cuento empieza en 1952 con unos personajes en esta cafetería, después pasan 10 años y nuevamente se juntan otros en el mismo lugar y así continúan una nueva historia una década después en la misma cafetería. Así vas viendo cómo va cambiando el entorno y la gente. Es una novela muy simpática.
-¿A qué estas dedicada actualmente?
-El día de hoy estoy enfocada en nuevas novelas, que son tres porque es una trilogía, es una locura. Más bien es una, pero es tan extensa que la dividí. La llevo escribiendo hace un buen tiempo y ahora la tengo en "reposo" para después retomar la historia y ver qué se cambia de ella.
Cambió los números por las letras
Cuesta imaginar que alguien tan apasionado por la escritura y la lectura haya estado a un paso de ser contadora, pero así fue, sin embargo, logró convencer a su familia de lo que suyo no iba por ese camino.
-¿Crees que en la asignatura de Lenguaje se puede descubrir talentos de la escritura?
-Sí, por supuesto. De hecho, cuando yo estudié fue el profesor de Lenguaje el que me dijo en una oportunidad 'tú deberías dedicarte a la escritura'. En ese tiempo estaba estudiando otra especialidad que no tenía nada que ver con esto, estudiaba Contabilidad y me di cuenta de que los números no eran lo mío. Eso era porque mi papá tenía muchas ganas de que fuera contadora. Una vez el profesor de Castellano para mantener al curso en silencio me pidió que les contara una historia y como se me da fácil, lo hice.
-¿Te costó decidirte a hacer ese cambio y dejar la contabilidad?
-Cuando yo estudié contabilidad lo hice en el Liceo Comercial, pero era lógico que no iba a resultar y me cambié a secretariado. Después de eso se me hizo muy fácil porque lo mío no eran los números, entonces encajó todo.
-¿Cómo ves la situación de los jóvenes con la lectura?
-Estuve en la "Feria de lectura, escritura y comunicación" organizada por la Seremi de Educación de Valparaíso. Tuve una charla con estudiantes de enseñanza media donde hablé sobre el oficio de escribir. Hubo muchos jóvenes y ahí me di cuenta de que hay interés por escribir, pero no saben cómo hacerlo. Ahí uno les da algunos tips y les digo que las condiciones ideales no existen, sólo hay que atreverse a hacerlo. Fue una experiencia muy bonita, estoy agradecida de que me hayan invitado. Lo que más me gusta es hablar con estudiantes y fomentar la lectura y la escritura.
-¿Faltan instancias como esa en la provincia?
-A esta actividad podría haber ido mucha más gente, pero falta más difusión. Creo que soy una de las pocas autores que da charlas en colegios. Lo hago porque me invitan, pero sería bonito que pudiéramos hacerlo todos. Somos muchos autores en la provincia de San Antonio, ya sea escritores o poetas. Sería hermoso que invitaran a autores locales a los colegios a mostrar su trabajo y que los mismos profesores pidieran que leyeran un libro al año de un escritor local y que después pudieran ir a darles una charla.
Isabella Castellón confiesa que "este trabajo es un oficio súper solitario, todo lo tienes que hacer solo. De partida, nadie te puede ayudar a escribir lo que empezaste. Hay espacios para otro tipo de actividades, pero faltan para ferias literarias, cosas así. Yo vivo en Las Cruces y acá sí se hacen diferentes actividades en el año, pero faltan porque en la provincia tenemos varias comunas. Falta que se integren más personas y quieran hacer trabajos literarios y armas ferias, que es algo que nos sirve mucho.
-¿Cómo se puede hacer para "desconectar" a los niños y jóvenes de la tecnología y atraerlos a los libros?
-Esa es la parte más difícil, pero hay que considerar que los jóvenes leen solo lo que a ellos les gusta y ese es el asunto, no hay que obligarlos a leer algo que no les gusta. Los chiquillos leen, pero ahí volvemos a que hay que fomentar las prácticas de lectura para que se entusiasmen. Si al niño le gustan los dinosaurios, le compro un libro sobre el tema y estoy segura de que le va a encantar. Hay alternativas, solo falta la intención de hacerlo y ni siquiera es comprar el libro. En Barrancas tenemos una hermosa biblioteca y hay que sacarle el jugo.
-¿Realizas talleres literarios?
- Realicé hace algún tiempo. Ahora me han pedido talleres de Literatura, pero dónde los hago. Me gustaría mucho impartir un taller de escritura, sería un bonito proyecto.
"Escribo desde que era chica, cuando estaba en educación básica y no puedo parar. En mi casa siempre hubo libros, por mi mamá que siempre fue muy buena lectora",
Isabella Castellón
"Incluso esta novela ('Otoño en abril') llegó a ser postulada al Altazor y al Premio Nacional del Libro en 2013. Han pasado diez años y ese libro todavía se vende".