Recetas Mágicas para un final feliz: gastronomía y cuentos ilustrados para grandes y chicos
Nos fascinamos con esta pieza maestra, la cual combina sabores, colores y olores. Nuestra niñez retorna a través de sus letras y texturas con gran emoción.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
Pensar en aunar aquellos relatos que han marcado nuestra infancia conjugados con sabrosas degustaciones que permitan que toda la familia se haga parte, eso nos transmite "Recetas Mágicas para un final feliz", Ediciones SM (2022), financiada por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Línea de creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Se trata de una obra de arte que página a página nos habla de la dedicación e imaginación, donde podemos seguir siendo niños, aún cuando somos adultos y disfrutar con los más pequeños. Este trabajo fue realizado por los hermanos Aguilera Álvarez, Claudio, quien es periodista y miembro de la Sociedad de Folclor Chileno; y Pati, ilustradora y diseñadora editorial, vecina de El Convento, Santo Domingo. Y las recetas estuvieron a cargo de Connie Achurra y Antonia Cafati.
Ambos autores manifiestan: "Quisimos hacer un juego de palabras que uniera la magia que hay en muchos de los cuentos tradicionales de hadas con la idea que una rica preparación dulce es el ingrediente que se necesita para que cualquier comida o historia termine bien".
Es un incentivo a la lectura para adentrarnos en un gran mosaico, con alimentos saludables y ricos. Se dan algunas indicaciones importantes antes de empezar, como: la calma para estar plenos y conectados con el menú que nos disponemos a hacer; el uso de delantales y la limpieza; disfrutar el proceso de compartir con nuestros camaradas cocineros, sin importar el resultado para comer con alegría.
Son setenta y dos páginas nos hacen soñar con quince diferentes recetas: Galletas de té y maravillas de Alicia; Café helado de Bella Durmiente; Pastel de manzanas de Blancanieves; Tarta de frutos rojos del bosque de Caperucita Roja; Flan de calabaza de Cenicienta; Pastel de queso del flautista de Hamelín; Dulces de albaricoques y melocotones del Gigante Egoísta; Galletas de chocolate de Gretel; Queque de habichuelas de Juan; Rollitos de canela de los tres cerditos; Refresco de piña y coco de Peter Pan; Palitos de canela y clavos de olor de Pinocho; Galletas de lengua de gato del Gato con Botas; Trenza de nuez de Rapunzel; Sopa de castaña y miel de Ricitos de Oro.
El desarrollo creativo que tuvieron fue vasto, debatiendo qué cuento debía ir, los elementos gastronómicos y personajes que interactúan.
Confidencian: "Pasamos muchas horas discutiendo sobre los nombres de algunos de los ingredientes, en especial: habichuelas o porotos, melocotones o duraznos, albaricoques o damascos, zapallos o calabazas y ¡Para saber cuál quedó deben leer el libro!"
Saber por qué Blancanieves despierta la envidia de su madrastra por los mejores pasteles de manzana; cuál es el aroma que despertó a la Bella Durmiente, o cómo Ricitos de Oro supo enmendar el mal rato en la casa de los tres osos, son solo algunos de los secretos que el lector descifrará.
El público ha recepcionado gratamente esta joya literaria, envían fotografías y videos mostrando los platillos, siendo una fogata de unión.
Este recetario es una fuente de sensaciones y pensamientos, abarcando arte y magia como un crisol que con parientes y amigos nos invita a revisar sus narraciones, aprendiendo a soñar juntos.
Esperamos con atención la segunda parte con la misma pasión y cariño que la primera.