El Museo de San Antonio celebra este mes sus 43 años de historia
Director del Musa destacó el aporte de esta repartición que con los años se convirtió en uno de los principales atractivos de la provincia.
El Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa) está cumpliendo 43 años de existencia y el nuevo aniversario se celebrará con una ceremonia programada para el próximo viernes 20 (ver recuadro) en el edificio enclavado en la parte alta del cerro Cristo del Maipo, en Llolleo.
El conservador del recinto desde 1991, José Luis Brito, recuerda que el Musa "nació como una idea en el seno de la masonería local, en la Logia Pitágoras de San Antonio, como un proyecto para colaborar con la educación en la zona".
La iniciativa fue encomendada al alcalde Jorge Domazos Pino (1978-1981), quien la hace realidad el 10 de octubre 1980, que corresponde a la fecha de inscripción del museo en el Consejo de Monumentos Nacionales.
"Desde su apertura, el museo ha sido un importante protagonista de la divulgación del conocimiento sobre la vida silvestre de la comuna y la provincia de San Antonio; de los pueblos indígenas que vivieron en estas tierras, a través de actividades científicas y el trabajo colaborativo con las comunidades locales de pescadores, campesinos, estudiantes y profesores, además de personas y agrupaciones interesadas en la naturaleza", afirma el actual director del Musa.
En 1991 el museo obtuvo su primera colección permanente gracias a una donación del propio José Luis Brito Montero y su hermano Cristian, que entregaron a la Municipalidad de San Antonio 430 piezas con valor histórico, recuperadas principalmente en el mercado pesquero de San Antonio y que pertenecieron al Grupo Ecológico y Preservador de la Naturaleza (Gepna), creado por el actual conservador en su juventud.
Primera casa
El Musa abrió sus puertas en una sala del antiguo edificio municipal de avenida Barros Luco que fue quemado durante el estallido social, con colecciones personales de insectos y moluscos facilitadas por el primer conservador, Pedro Ramírez.
Desde ese entonces, pasó mucha agua bajo el puente. A partir del terremoto, el museo peregrinó por otros tres recintos, incluido el de calle Sanfuentes 2365 -donde funcionó durante 17 años- antes de instalarse definitivamente en su actual edificio, que con sus cerca de 30 mil piezas, se ha convertido en uno de los principales atractivos de la región.
El actual recinto, inaugurado en 2017, cuenta con una edificación de 2 mil metros cuadrados y 5 mil m2 de áreas verdes, donde se encuentra un bioparque con especies nativas.
"Actualmente tenemos cinco salas de exhibición: la del Mar Chileno; de Arqueología de Chile Central; de Biodiversidad, Fauna Silvestre y Humedales; de Paleontología y la Histórica, con mas de 2.500 piezas u objetos obtenidos por medio de donaciones", relata Brito, quien destaca que el Musa posee una fuerte tradición en la protección gracias a la difusión del patrimonio natural y cultural de la zona.
El edificio cuenta con un auditorio para 130 personas, laboratorios, biblioteca y talleres, además de una maravillosa vista sobre el océano Pacífico y la desembocadura del río Maipo.
El director anunció que a partir de hoy, en el marco de este nuevo aniversario, se darán a conocer varias donaciones entregadas al museo en las últimas semanas y "también habrá un pequeño cambio en la muestra de tráfico de fauna, gracias a un interesante préstamo de animales exóticos africanos".
"Desde su apertura, el museo ha sido un importante protagonista de la divulgación del conocimiento sobre la vida silvestre de la comuna y la provincia",
José Luis Brito,, conservador del Musa


