Juanita Ortiz Bonilla

Mientras nos cuenta algunos detalles de su emprendimiento, Mirta Mora está concentrada en las puntadas que va haciendo en su fiel máquina de coser, la que tiene instalada al fondo de su local, el "Bazar Diseño Pituka", el que está ubicado en Gregorio Mira 18, lejos del trajín del centro histórico de San Antonio.

Por estos días la diseñadora de modas que llegó desde Santiago a la comuna puerto hace 18 años, está abocada principalmente a confeccionar vestidos de fiesta para las jóvenes sanantoninas que egresan de cuarto medio, las que, según su opinión, son las que más se atreven a usar colores, brillos y diseños originales más audaces, rompiendo el molde de lo tradicional.

"Llegué a San Antonio en el año 2008 desde Santiago porque me vine a trabajar como diseñadora a una tienda, y en diciembre de 2013 me independicé. En un momento pensé en regresar a Santiago, pero pasaron situaciones familiares y me quedé", cuenta Mirta Mora sobre las motivaciones que la llevaron a echar raíces en la comuna puerto.

-¿Te costó acostumbraste cuando recién llegaste?

-Sí, porque como santiaguina encontraba un poco fome y en San Antonio no hay vida nocturna, hay sólo en Llolleo. En cambio, en Santiago hay hartos lugares donde ir que te quedan cerca. En todo caso ya me adapté, aunque no soy de salir mucho, salvo a cenar. Me gustar ir al gimnasio temprano de 7 a 8 en la mañana, ir al lago Rapel y ya casi no voy a Santiago.

-¿Cuál es el rubro de Bazar Diseño Pituka?

-La idea de este local es el diseño, acá pueden mandar a hacer la prenda que quieran, las ayudamos con el diseño y lo preparamos todo, desde el modelo hasta la prueba final. Desde octubre a diciembre estoy full con vestidos de fiesta, ropa de fin de año. Casi todo el año estoy con trabajo, pero el full es esta fecha.

-¿Has visto algún cambio en la forma de vestirse de las sanantoninas durante el tiempo que llevas en la zona?

-Es que igual mis clientas se atreven, por eso yo creo que me buscan. Les gusta tener algo diferente con cortes, escotes y se atreven más, pero son las que saben de diseño independiente, porque no todo el mundo "cacha" de qué se trata. De repente me preguntan si es ropa usada porque hay pocas prendas de cada una, lo que me molesta mucho, pero en diseño independiente no se hace ropa en serie, nunca vas a ir copiando un modelo, a no ser de un "flare" o pata de elefante. La base va cambiando nomás en cuanto a las telas y los estampados que se les va metiendo color en el verano.

-¿En San Antonio hay interés por el diseño independiente?

-Sí, sobre todo en la gente joven. Ellos se atreven más a usar cosas diferentes porque están aburridos de las grandes empresas que traen más de cien chaquetas iguales y es fácil que te encuentres con alguien vestido igual en la calle. En cambio, acá las prendas son más personalizadas, una o dos por modelo y después vas cambiando, pero sí, la gente se atreve, los jóvenes más que nada y la gente que tiene conocimientos de lo que es un diseño.

-¿Pudiste trabajar en los periodos de encierro durante la pandemia?

-Sí, a través de las redes sociales. Relacionado con la pandemia, hice un pack de mascarilla, cintillo y un colet. Además, confeccionaba polerones y hacía arreglos de prendas que me encargaban. Con eso me mantuve, pagué arriendo y dividendos porque soy independiente en todo sentido.

-¿Cómo ves el estilo de las sanantoninas en cuanto a vestuario?

-Encuentro que en Llolleo se ve gente que se atreve más, usan más colores, es diferente al centro de San Antonio, donde estamos invadidos por el gris y colores oscuros. Creo que la pandemia echó a perder esta ciudad, entonces lo que ha venido por fuera no es un buen aporte en cuanto a colores, diseño y tendencia, siento que retrocedimos un poco en ese sentido.

-¿Has visto cambios en la forma de vestirse desde que partiste con tu tienda?

-Ahora se usa full el brillo, pero la gente siempre se ha atrevido a usarlo, solamente que ahora lo hace incluso de día, antes sólo se usaba de noche. Hay niñas que compran en la ropa americana, porque no es igual a las demás, y combinan con prendas baratas que encuentran en la feria y les quedan excelentes. Se visten como quieren y se sienten cómodas, ya sea con pantalones anchos o faldas con calzas debajo porque acá el tiempo tampoco acompaña mucho por el viento.

-¿Qué es lo que más te piden en ropa?

-Los pantalones de tela que confecciono porque son todos elasticados, con pretina alta a la cintura, entonces se adaptan al cuerpo. Los palazos y pitillos son prendas que siempre tengo porque se venden más, al igual que una chaqueta corta con broches también es el "caballito de batalla" de la tienda.

Talento heredado

Mirta recuerda que desde niña vio a su madre hacer costuras, por lo que no fue raro que tempranamente se interesara por las confecciones.

"Mi mamá tenía un taller y una tía era diseñadora en Santiago, así es que desde chica vengo trabajando en esto y me gusta. De hecho, siempre vengo feliz a trabajar, no lo hago de mala gana. Cuando estaba en octavo ya les achicaba los jumpers a mis compañeras y siempre me gustó hacerme la ropa para salir. Cuando tenía algún evento o un carrete, me confeccionaba un pantalón y una polera. Aprendí con mi familia lo que es costura y después estudié diseño de vestuario en el Duoc", recuerda esta residente del cerro Arena.

-¿Qué es lo más difícil que te ha tocado confeccionar?

-No sé…puede ser un vestido de "15" o de novia porque necesita más tiempo y dedicación, pero también los hago obviamente.

-¿Qué te gusta de San Antonio?

-Antes era más tranquilo por eso me quedé. Me gusta el aire y la vista que tengo desde mi casa. Cocino mirando el mar, ahí me salió lo santiaguina (ríe). Me agrada el clima, ya me quedé acá, me adoptó San Antonio.

"Desde octubre a diciembre estoy full con vestidos de fiesta, ropa de fin de año. Casi todo el año estoy con trabajo, pero el full es esta fecha",

Mirta Mora