El sanantonino que encontró en la música la gran pasión de su vida
A sus 30 años, Bertis Pontigo dirige una banda instrumental escolar y una comparsa, ha integrado orquestas sinfónicas y se luce tocando cuecas choras. Su sueño es que cualquier niño pueda tener acceso a tocar un instrumento musical.
El talento y el amor que Bertis Pontigo Bustos (30) tiene por la música se evidencian en que todo lo que hace está relacionado con su veta artística. Está a cargo de la banda instrumental del colegio Fernández León, es el director musical de la comparsa de Villa Las Dunas, ha integrado orquestas sinfónicas y como si fuera poco se ha lucido en bandas locales como Los Corsarios, donde a través de la cueca chora difunden temas relacionados con el patrimonio cultural de San Antonio.
En su hogar ubicado en el centro de Barrancas, donde los regalones son sus gatitos que se apropian de los sitiales, sillones y recorren cada rincón del living, repasa su trayectoria e historia de vida y confiesa cuáles son sus metas a futuro, siempre ligados a su pasión: la música.
"Empecé en la música a los siete años en la banda del colegio Nuestra Señora de Pompeya. Yo creo que me atrajo la banda porque mi papá era militar. Entré y era el más chico y ahí me dejaron tocando platillos durante cuatro años por lo menos. Después empecé a tocar un instrumento de percusión que fue la lira, hasta que llegó un trompetista del Orfeón de Carabineros y me ofreció tocar trompeta a los 11 años y le dije que no, porque no me gustaba. Por obligación aprendí a tocar, se me hizo fácil y comencé a tomar más en serio la música", comenta Bertis sobre sus inicios.
-¿Qué pasó cuando ya eras adolescente?
-A los 14 años fui a una audición como trompetista a la Orquesta Sinfónica de San Antonio, donde fui seleccionado y estuve varios años. Luego fui trompetista de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo. Ahí mismo me di cuenta de que me interesaba otro instrumento que era la tuba. Por necesidad de la agrupación me dejaron tocando tuba. En ese tiempo me percaté de que tenía un poquito más de cualidades en esos instrumentos, ya que se me abrieron más puertas que como trompetista.
-¿Tuviste apoyo de tu familia cuando decidiste dedicarte a la música?
-Desde chico mis papás me han apoyado siempre. Cuando dije que quería estar en la banda, me acompañaban los sábados a los ensayos, a los desfiles. En un momento después del colegio pensé qué voy a hacer. Y la respuesta fue, musicalmente, seguir trabajando. Cuando entré al Conservatorio le insistí a mis papás que tenía que tener un instrumento que no era nada de barato y muy poco accesible. Mi profesor en ese tiempo me ayudó a conseguirlo en Argentina. Sin embargo, cuando lo compramos dijimos esto ya es serio, lo compramos, nos endeudamos y hay que salir adelante.
-Tu pasión te llevó a querer ser profesional en lo que haces…
-Sí, a los 21 años entré al Conservatorio de la Universidad Mayor como tubista y empecé a estudiar profesionalmente. Al tiempo, me ofrecieron iniciar la cátedra de Tuba en la Orquesta de Santo Domingo, donde formé a cuatro alumnos que siguen en su instrumento. Hasta ahora sigo en mi trabajo en el colegio Fernández León, donde tengo la banda de guerra instrumental. El año pasado retomamos el taller con un poco de miedo pensando que iba a tener pocos alumnos, pensé en 40 ó 45 y fue todo lo contrario. Los chicos llegaron motivados. Creo que puede ser porque la banda entrega harta disciplina, musicalidad, los niños se acostumbran a ser responsables y a serlo con un instrumento también, lo que es súper importante ya que son costosos. Además, les llama mucho la atención leer música porque no en todos los colegios está esa posibilidad.
-Los resultados de tanto trabajo se ven en los desfiles…
-Claro, eso es como la prueba trimestral que yo tengo, es ahí donde se ve el trabajo que vengo haciendo con los chicos. También voy innovando para que el público se entretenga, por así decirlo y no vea siempre lo mismo.
Primer concierto de navidad
No sólo marchas aprenden a tocar los estudiantes que son parte de la banda instrumental. Algo que quisieron mostrar a la comunidad del colegio llolleíno con un evento que fue todo un éxito.
"En conjunto con profesoras y asistentes, hicimos nuestro primer concierto de Navidad donde destacamos la participación de los cursos de prebásica y básica. Para ser el primer concierto, tuvimos un buen marco de público asistente, cerca de 500 personas. Esas actividades sirven para que los chicos se motiven a participar en estas instancias en las que se muestra el trabajo que hemos estado haciendo durante todo el año, porque si bien la gente ve los desfiles, que son dos veces al año, no ve todo el trabajo que está detrás de todo eso, y para mostrarlo más como orquesta sinfónica fuera de las marchas militares.
-¿Participas en otro tipo de iniciativas musicales?
-Sí, tengo un amigo y colega que es Pablo Ambos, contrabajista con el que hemos estado desde el año pasado organizando un Encuentro de Orquestas de Cuerdas. Yo tengo banda de solo vientos y entre las dos agrupaciones hicimos una orquesta sinfónica. Ya tuvimos un primer encuentro que fue todo un éxito. Ellos vinieron desde Melipilla a San Antonio y en noviembre fuimos nosotros a Culiprán (localidad de Melipilla) a hacer esta misma actividad con otro repertorio, un poquito más amplio. Este año lo queremos masificar e incluir a otra orquesta porque en esta oportunidad se repitió el excelente resultado. A futuro nos proyectamos con encuentros muchos más grandes y por qué no uno nacional.
-Además participas en el Carnaval de Murgas y Comparsas…
-Dirijo la comparsa de Villa Las Dunas, soy el director musical de la agrupación. Llevo 13 años participando y cuatro años a cargo del grupo donde hemos estado trabajando arduamente en incluir instrumentos nuevos para darle un cambio al carnaval, sin perder la identidad que siempre hemos tenido, pero sí ir innovando en lo musical, instrumental y en lo social que es súper importante. A la agrupación llega gente de distintos lugares o clases sociales, pero aquí todo eso queda fuera. Me encargo de que los niños, jóvenes y adultos se sientan cómodos. El 2024 esperamos hacer un trabajo que deje contenta a la gente porque vienen varias cositas entretenidas con nuestra comparsa para sacar el primer lugar, ya que se viene con competencia.
-Has sido parte de bandas de música popular. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
-Sí, también he sido de la bohemia. Al comienzo no muy a gusto, me invitaron a tocar muchas veces de noche y dije que no porque prefería mil veces salir con mis amigos. Después me dijeron, tenemos un grupo, estamos a punto de grabar un disco y nos falta un trompetista. Mi mejor amigo me convenció de que fuera. Lo divertido es que nadie me contó que estaban por grabar el disco, pero había que generar plata para hacerlo tocando de noche. Ahí empecé a tocar con "Superiores del ritmo", un grupo local que habla de San Antonio, hace crítica social. Sacamos el disco que está en YouTube.
-¿Hay alguna presentación que destacarías por lo que significó para ti?
-Sí, destaco harto las presentaciones que tuvimos con Los Jaivas. En ese momento estuve tocando, siendo parte de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, donde tuve la posibilidad de tocar ocho veces con ellos. Esa ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi vida, ya que todos sabemos la importancia musical que tienen Los Jaivas.
-Las cuecas no quedan fuera de tu trayectoria…
-Así es. Después armamos un grupo con unos amigos que se llama Harbor Brass, donde empezamos a trabajar música clásica. Gabriel Cerda nos recomendó tocar música chilena, y empezamos a conocer más sobre la Negra Ester y Roberto Parra. Así comenzamos con el rescate de la identidad local con cueca y boleros. Luego estuve interiorizándome un poco más en las cuecas cuando llegué al grupo local Los Corsarios y conocimos más sobre la vida de los pescadores. Transformamos las cuecas donde se hablaba sobre los portuarios, pescadores, lo que pasaba en los años 70 u 80, sobre las 'patitas con bulla'. Todo eso tratamos de difundir.
-¿Tienes algún proyecto que quisieras cumplir?
-Me gustaría tener mi propia orquesta en San Antonio, donde pueda darse a conocer y tengan la posibilidad de llegar niños vulnerables. Niños que no tienen la posibilidad de tocar un instrumento, que puedan salir de donde estén gracias a la música. Quiero que la comuna se destaque por lo musical y no sólo por las cosas malas. Con eso me daría por pagado.
-¿Qué es la música para ti?
-La música ha sido todo para mí. Me ha dado la oportunidad de conocer gente, excelentes profesores, compañeros, amigos que tengo de toda la vida gracias a la música, he viajado y pretendo traspasarle todo eso a mis alumnos y a sus papás, para que entiendan que no porque elijan algo artístico o la música no van a ser felices o van a ser pobres por así decirlo, eso es mentira. Ser músico es tan profesional como ser médico, abogado o ejercer cualquier profesión tradicional.
"Empecé en la música a los siete años en la banda del colegio Nuestra Señora de Pompeya. Yo creo que me atrajo la banda porque mi papá era militar",
Bertis Pontigo
"En ese momento estuve siendo parte de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, donde tuve la posibilidad de tocar ocho veces con ellos (Los Jaivas). Esa ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi vida".