Una muy buena noticia, entre tantas malas...
¿Cuántas veces usted ha visto propaganda de ciertos productos por la TV o escuchado por la radio, que palabras más, palabras menos, las hacen todas, pero todas?
Empecemos, curan todas las enfermedades, quitan callos, borran las arrugas, enderezan la espalda, sazonan la cazuela, mejoran la audición, lentes ojo de halcón, ni hablar de los utensilios de cocina, o las pastillas para bajar de peso, las pulseras, o las cremas que lo borran todo y hacen reaparecer el pelo, los colchones mágicos, y las máquinas de ejercicios que lo convierten en "Charles Atlas", y los cinturones que vibran, que sin moverse de su sillón preferido, le fabrican "calugas estomacales", etcétera, etcétera.
Por fin, el Sernac, diciéndolo de manera muy simple, invitará a las empresas que venden estos "productos milagrosos", demuestren que realmente hacen lo que prometen, para poner orden y parar de una vez las estafas, amparadas por frases sugerentes, junto a "palos blancos", muy sonrientes, que se prestan para confirmar las gracias de estos productos, para decirlo según acepta la RAE y con el aval de la TV y la radio, que se prestan para diseminarlos a los cuatro vientos, sin antes de ofrecerlos, corroborar los reales beneficios que obtendrán sus fieles y crédulos televidentes y auditores...
¿Recuerda usted, si ha comprado alguno de estos productos citados, seducido por la propaganda y que realmente le dio el resultado que le prometía?
Importante es que el Sernac una vez que termine está inspección de los productos, informe por todos los medios, los resultados, con nombres y apellidos, para saber cuáles son milagrosos y cuáles son chantas de siete suelas...
¿Se acordó de alguno, o prefiere no acordarse?
Luis Enrique Soler Milla