Ambientalistas impotentes
Después de octubre del 19, la conservación ambiental en nuestra provincia ha estado dominada por vanguardistas retóricos. El influjo de los medios digitales ya en cada dimensión humana reemplazó la acción sobre la materia por la acción sobre la palabra. El ambientalista -científicamente impotente- reemplazó al científico por el activista ideologizado, haciendo del medio ambiente algo incomprensible. Y no es ningún misterio decir que sólo la ciencia hace del medio ambiente algo inteligible. En este sentido el activista es un impotente. Pero el ambientalismo subsana su impotencia de operar sobre la realidad material construyendo retóricamente una realidad digital sectaria, ignorante y violenta: la acción colectiva del activista ambiental se ejerce sobre todo mediante la presión del escarnio público por parte de sujetos que carecen de conocimientos sobre aquellos aspectos de la realidad a la cual se refieren. Al dar la espalda a la razón, subsisten entre los reducidos márgenes de la ideología en los contextos tiránicamente afables de su protesta callejera y la soledad multitudinaria de red social. Ante la impotencia de interpretar el medio ambiente más allá de la emoción patológica de "sensibilizar" o "conectar" con este, o de la ideología subyacente de términos que despojaron de su contenido como "territorio" o "flora y fauna", palabras comodín para seducir a incautos por no decir fetiches lingüísticos, estos ambientalistas optan por verter sus frustraciones sobre las instituciones políticas, los inversionistas y los propietarios de áreas silvestres. Es el caso de "Salvemos Gota de Leche" o Corporación Tralkan, organizaciones impotentes en lo que a conservación ambiental se refiere, en tanto que potencian interpretaciones ambientales que depositan contenidos ideológicos en los esquemas científicos, reemplazando la ciencia -la primera- por una retórica acrítica de sus propios fundamentos con la cual distorsionar la realidad, y la segunda, por una serie de ensoñaciones ancestrales y pobres manifestaciones artísticas. Todo lo cual desemboca en la frivolización del medio ambiente -amparada por los políticos- que los conduce al entorpecimiento y fracaso de la empresa conservacionista en las dunas de El Tabo y faldas de Cantalao, respectivamente. ¡El medio ambiente no puede seguir siendo el vertedero de la ideología!
Bastián Brito Yanque
ingeniero en Medio Ambiente