Juan Olivares Meza

En la avenida Independencia de Barrancas, en San Antonio, se encuentra el club deportivo José Luis Norris, un bastión comunitario que ha visto nacer y crecer a generaciones de jóvenes deportistas que han encontrado en los colores de la institución mucho más que una camiseta que defender.

Sin embargo, en las últimas tres semanas, este refugio de sueños fue víctima de dos crueles saqueos que no solo han despojado al club de sus pertenencias, sino que han herido profundamente el espíritu de toda la comunidad.

Agustín Ramírez Catalán, presidente del club deportivo, relató con una voz cargada de impotencia y tristeza que "el viernes 21, llegamos al club y vimos que el portón estaba entreabierto. Al acercarnos, descubrimos que habían reventado el candado y entrado a las instalaciones. Los delincuentes no dejaron rincón sin revisar y se llevaron desde las pelotas de fútbol para los niños, pasando por el microondas y el hervidor, hasta utensilios del club y las camisetas de los jugadores, Nos llevaron hasta un galón de gas".

Pero no fue todo porque la escena se repitió el lunes siguiente. Esta vez, los intrusos rompieron un nuevo candado y avanzaron al segundo piso, donde desmantelaron cañerías y se llevaron el calefont. "Lo que pasa es que el club ha resultado muy perjudicado. Ya habíamos sufrido una considerable pérdida de pelotas en el primer robo, y ahora las pelotas nuevas que habíamos comprado también se las llevaron. Nos cuesta tener las cosas, nuestra loza, nuestros utensilios, todo nos cuesta como para que se las lleven tan fácil... Nos llena de pena y rabia lo que nos pasó", dijo muy abatido el presidente del club José Luis Norris.

Los ataques sucesivos obligaron al club a redoblar los esfuerzos para mantener viva la institución que incluso corre el riesgo de no poder arrancar en el torneo de clubes locales que empieza este fin de semana.

Agustín Ramírez contó que "este viernes queremos hacer un plato único para que la gente pueda cooperar y así estaremos trabajando todos los viernes, vendiendo comida, haciendo platos únicos para juntar plata y recuperar las cosas que nos robaron , ya que son esenciales para nuestro club, porque nos robaron todo lo que nos permite funcionar como institución. Las pérdidas superan los 2 millones de pesos".

Las palabras de Agustín Ramírez resuenan con una mezcla de determinación y desconsuelo. "Somos de barrio, un club chico y esto nos golpea duro, así que vamos a salir adelante, aunque ahora parecemos cárcel con fierros por todos lados, tenemos que salir de esta", dijo el presidente.

2 millones de pesos, por parte baja, es el avalúo del robo y los daños que sufrió en su sede el club José Luis Norris de Barrancas.