Los adultos mayores no pueden esperar
La situación de muchos adultos mayores en Chile es crítica. Muchos comenzaron a trabajar jóvenes, bien dispuestos y sanos; terminaron viejos, solos, pobres y enfermos. Y como si fuera poco, muchos abandonados.
Se sabe de ellos cuando se quema una de las tantas residencias que existen sin control alguno. Es vergonzoso que para procurarles una mejor vida instituciones respetables como Fundación Las Rosas, Fundación Laudato Si, el Hogar de Cristo, entre otras, tengan que hacer rifas, bingos, tallarinatas, o andar mendigando las monedas del vuelto que sobra después de suculentas compras.
La cultura del descarte y la indiferencia con los adultos mayores se vive en todo su esplendor. Ello habla mal de nuestro país. Las políticas públicas en esta materia son pobres. El drama que viven muchos adultos mayores aumentará por la tasa de la natalidad que es cada vez más baja, y el aumento de las expectativas de vida es cada vez mayor.
En medio de tanto inmediatismo y estrategias de marketing en vez de reflexión a largo plazo, el futuro no es promisorio.
Invito a las familias a que se preocupen y ocupen más de quienes tanto dieron cuando estaban jóvenes, sanos y con trabajo y al Estado a pensar en políticas públicas a cinco, diez y cincuenta años plazo.
Fernando Chomalí Garib
arzobispo de Santiago