Jorge Reyes Patuelli
Con sufrimiento, garra y corazón, Colombia venció anoche por 1-0 a Uruguay y se instaló en la final en la Copa América donde el domingo enfrentará a Argentina.
El plan del equipo de Marcelo Bielsa en los primeros minutos era apoderarse de la mitad de cancha, buscar por los interiores y por ningún motivo entregarles la pelota a los colombianos. Mientras, el conjunto de Néstor Lorenzo intentaba penetrar por los costados ante la ausencia de laterales de los charrúas.
Asimismo, Colombia pegó primero. A los 14', Daniel Muñoz entró al área tras un centro de Luis Díaz, el lateral cabeceó hacia el costado derecho del arco de Sergio Rochet, pasando muy cerca. Tres minutos después, Uruguay perdonó. Darwin Núñez la tuvo en el borde del área, tras un pase de Federico Valverde, y al disparar pasó rozando el palo.
El partido parecía incontrolable. La velocidad tomó protagonismo en ambos equipos y quitar la pelota no se transformó en una opción, sino que cortar la jugada parecía más conveniente. Así fue como Nicolás de la Cruz en los uruguayos y Muñoz en los colombianos, fueron amonestados pasada la media hora de juego.
Se veía difícil abrir el marcador, pero los colombianos aprovecharon su altura y su mayor potencial: los goles de cabeza. Eran cuatro las anotaciones de frentazo en esta Copa América, y a los 39', anotaron el quinto. Jefferson Lerma conectó un centro lanzado por James Rodríguez desde el tiro de esquina y provocó la celebración total de un estadio a tope con la afición cafetera. Pero se acababa la primera mitad y Colombia de celebrar, sufrió. Muñoz, protagonista los primeros 45 minutos, pegó un codazo a Manuel Ugarte y fue expulsado.
En el segundo tiempo, Uruguay cambió su estilo y empezó a aprovechar las bandas al tener superioridad numérica en la cancha. Los colombianos no tenían la pelota y sufrían ante la embestida de la Celeste. El suspenso se apoderaba poco a poco del estadio, como también el nerviosismo y la constante pelea por el balón. Avanzaba el reloj y las tácticas empezaban a quedar de lado, la embestida del equipo de Bielsa tomó poder y Colombia aguantaba como podía.
Y de ahí la leyenda entró. Luis Suárez renovó las aspiraciones de Uruguay. Con la jineta en su brazo, y con pocos minutos en cancha, tuvo la opción de empatar, pero el palo le negó el grito de gol.
Pese al empuje, Colombia aguantó y esperó el error de la Celeste, pero no lo aprovechó. El partido terminaba y Rochet entregó un pase de muy mala manera, la recuperó Luis Díaz, habilitó a Kevin Castaño, y este la mandó por un lado del arco, dejando helados a los charrúas. Pocos minutos después, el mismo Rochet tapó una pelota a Mateus Uribe.
Pero la angustia terminó ahí. El Bank of America Stadium celebró el final y el pase a la final de la Copa América después de 23 años, cuando campeonaron en 2001. James, al borde de las lágrimas, prometió que tras años buscando va por su primera copa.