Los desafíos de la asociación que difunde el vóleibol en San Antonio
La entrenadora sanantonina Bárbara Vera cuenta el intenso trabajo que están realizando en Doragon para que los niños se integren a corta edad a la práctica de este deporte. La institución cumplirá 19 años de labor deportiva.
El próximo mes la Asociación Deportiva Doragon (ADD) de San Antonio cumplirá 19 años de existencia dedicada a la práctica del vóleibol. Es por esto que en el marco del nuevo aniversario se han planteado desafíos y metas enfocadas en materializar avances junto a los niños, jóvenes y adultos que forman parte de la agrupación local que cuenta con las categorías Iniciación, Intermedia y Avanzada para hombres y mujeres.
Dentro de estos cambios, Bárbara Vera, orientadora familiar de profesión, con formación en entrenamiento de Vóleibol de Alto Rendimiento y personal trainer, anunció que está adelantar la iniciación de niños y niñas en esta disciplina para nivelarlos con sus pares de otras zonas o regiones con los que se enfrentan en los torneos.
Para esta entrenadora, el deporte es su pasión y una motivación para seguir formando nuevos talentos. Una muestra de esto es la fuerza que tuvo para volver a entrenar pese a un siniestro que sufrió cuando aún era estudiante de enseñanza media y la sentencia de un facultativo que le recomendó dejar atrás la actividad física. Sin embargo, su capacidad y fortaleza le jugaron a favor.
"San Antonio está muy retrasado en comparación con Santiago, Valparaíso, Rancagua o La Serena, en el sentido de que ellos parten entrenando a niños desde los seis años. Entonces a los 12 ó 14 años ya saben jugar. Ese punto para nosotros es negativo, porque tengo que partir con niñas de 14 años que se enfrentan con otras de 12 que ya llevan un tiempo entrenando. Cada uno tiene su tiempo de aprendizaje y eso no se puede manipular", sostiene con seguridad.
"Pensando en lo que mencioné antes, de que los niños parten tardíamente en la disciplina, abrimos cupos desde los ocho años en la categoría de iniciación donde hoy día tenemos a 32 niños. También hay personas adultas que están partiendo de cero. En total hay 50 participantes" , agrega la profesional que lidera "ADD" (@voleyadd), mientras varios perritos se asoman por el ventanal de su casa.
-Bárbara, ¿cómo nace esta escuela de vóley?
-El club se inició el 12 de agosto de 2005 con un grupo de personas que querían aprender vóleibol. Partimos como deporte recreativo para trabajadores. Buscamos dónde entrenar y nos fuimos moviendo durante varios años. Soy orientadora familiar con mención en relaciones humanas, entonces de ahí nació el proyecto de ayudar a los jóvenes. También nos abrimos a adultos mayores y discapacidad. Estuvimos tratando de hacer vóley adaptado, pero no tenemos los espacios para poder tener a los niños. Uno de mis sueños es tener un equipo en San Antonio de discapacidad y que vayan a participar a los Paraolímpicos. Sería maravilloso.
En el living de su casa en Villa Las Dunas, donde llama la atención en un sofá "Yoyo", un oso de peluche grande que es la mascota del club "Doragon", cuenta que "antes de ser ADD pasamos por varios nombres, Centro de Campeones de la Universidad de Chile (CDC), que estaba a cargo de una persona que era dirigente del fútbol de la U y nos abrimos como rama de vóleibol. Luego se inició como "Litoral", después hubo una diferencia entre los dirigentes y ahí fue cuando nació la Agrupación Deportiva Doragon (ADD). Desde ahí empezamos a tener una mirada más profesional, destacó la profe de la entidad.
-¿Cómo fueron avanzando con la iniciativa deportiva?
-Empezamos en el Inco donde pagábamos arriendo, pero llegó un momento en que no podíamos solventar los gastos y eso ya salía de mi bolsillo, porque teníamos a niños de escasos recursos. Incluso hacíamos actividades para ayudarlos para que tuvieran para su ropa, colaciones o el transporte para que pudieran llegar al entrenamiento. Durante ese tiempo les presenté al encargado de deportes y al alcalde nuestro proyecto y nos entregaron horas para que pudiéramos entrenar en el exgimnasio Montemar donde estuvimos durante 15 años, hasta que hubo cambio de administración y las miradas no fueron las mismas.
-¿Qué destacarías de lo que han logrado?
-Hemos crecido, logrado las metas. Si bien partimos con un objetivo de prevención, también abrimos a un propósito específico que es tomar a los niños, federarse y llegar a ligas profesionales. Con el grupo adulto que hoy está de varones, empezamos a realizar un trabajo duro, físico, técnico, táctico y estamos en la liga de Melipilla, en la de Viña del Mar donde hemos ido a participar para ir entrenando. Con las niñas que llevan cinco meses hicimos lo mismo. Las llevé ahora a un nuevo campeonato y estuvieron a dos puntos de ganar. Eso significa que el trabajo que se ha hecho en poco tiempo, da frutos.
Partir de cero
Bárbara Vera vivió un momento muy complejo en su juventud, lo que la hizo asumir un desafío personal para retomar su pasión, el deporte, especialmente el vóley y lo logró.
-¿Cuándo comenzaste a interesarte por el deporte?
-Desde chiquitita. Estudié en el liceo Santa Teresita y estuve en talleres de vóleibol, tenis, básquetbol y danza que me gustaba mucho. A los 17 años me atropellaron y hasta ahí nomás llegué. Un panadero que se pasó una luz roja me atropelló cuando iba a tomar la micro para ir a Llolleo. Me quebré el brazo, tuve tec cerrado y estuve un año sin poder movilizarme porque tuve problemas al oído medio, no me podía estabilizar. Entonces para mí fue terrible, porque se truncó lo que más me gustaba. Estuve en Valparaíso con neurólogo, después me dieron de alta y el médico me dijo 'tú no puedes hacer más deporte porque quedaste mal' y yo le hice caso.
En medio de ese difícil capítulo de su vida, Bárbara le pudo quebrar la mano al destino, a pesar del lapidario diagnóstico del médico que la atendía. "Me dediqué a estudiar, a sacar la carrera y después a trabajar. Un día me encontré con unos exvoleibolistas y me dijeron 'por qué no volvemos'. Al principio les contesté que no podía, hasta que me convencieron y me atreví. Ahí fue cuando en el 2005 empezamos a juntarnos y a entrenar de nuevo porque partí de cero, enfatiza.
-¿Algo te costó más que antes del accidente?
-No. Ahí me di cuenta que fui tonta al hacerle caso al médico. Partí de cero igual que alguien que no sabía, porque cambiaron las reglas y muchas cosas desde que yo jugaba. Hasta ahora estoy aprendiendo. Trato de ser una enciclopedia para los chiquillos, pero hay cosas que no sé y hay que ser humilde y reconocerlo. Muchas veces les he dicho, eso no lo sé, voy a preguntarle a alguien que sabe más sobre ese tema. Por lo mismo, estoy capacitándome. Hice un curso de fitness, de personal trainer, para saber sobre la parte física de los chicos, porque no es llegar y hacer un entrenamiento.
-¿Han recibido ayuda de parte de las instituciones o autoridades?
-Hemos golpeado puertas pero no muchos las han abierto. Hay poca gente que quiere ayudar realmente. Entiendo que hay un periodo de escasez, problemas económicos en el comercio local, por lo que comprendo esa parte. Las grandes empresas abren convocatorias de financiamiento a proyectos, entonces postulamos a todo lo que se pude. Sin embargo, a través de los proyectos no se puede pagar arriendos ni transportes, que son los gastos más caros que tenemos.
-¿Qué te motiva a seguir con los niños?
-Sé que se va a sacar un grupo que va a dar harto que hablar. Hay que trabajar y algo va a pasar aunque no tenemos muchos recursos para pagar gimnasio o adquirir cosas para hacer práctica deportiva en cuanto a lo físico, pero lo que tenemos lo usamos y eso es valioso. Cada vez que un niño se alegra mucho porque pudo hacer un punto o le resultó bien la jugada, ese es el mejor pago que puedo recibir.
"San Antonio está muy retrasado en comparación con Santiago, Valparaíso, Rancagua o La Serena, en el sentido de que ellos parten entrenando a niños desde los 6 años",
Bárbara Vera,, entrenadora
"Hemos golpeado puertas pero no muchos las han abierto. Hay poca gente que quiere ayudar realmente",
Bárbara Vera
"A los 17 años me atropellaron y hasta ahí nomás llegué. Un panadero que se pasó una luz roja me atropelló cuando iba a tomar la micro para ir a Llolleo",
Bárbara Vera