El mundo está lejos de erradicar el VIH en 2030 pese a haber bajado casos en 60%
Casi 40 millones viven con el virus, según reportó ONUSida. Su informe alerta que tres regiones del planeta aumentan sus contagiados, una de ellas es América Latina y entre las causas está la migración y el bajo uso de elementos protectores.
Agencia EFE
En 2023 unos 39,9 millones de personas vivían con el VIH en el mundo, entre las que 1,3 millones eran nuevas infecciones, lo que es un 60% menos que en el peak alcanzado en 1995, pero también una cifra que no se reduce al ritmo necesario para erradicar el sida, advirtió ayer la ONU.
"Ahora mismo, el mundo no está en vías de conseguir" el objetivo de acabar con el sida como amenaza para la salud pública hasta 2030, señaló la directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la lucha contra el sida, Onusida, Winnie Bayanyima.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA presentó este lunes el nuevo informe "La urgencia del ahora - El sida en la encrucijada" con motivo de la 25ª Conferencia Internacional sobre el sida que se celebra en la ciudad alemana de Múnich.
Los datos revelan que, "debido a la falta de avances en la prevención las cifras de nuevas infecciones por el VIH no están disminuyendo con la suficiente rapidez, y en tres regiones del mundo el número aumenta", indicó Bayanyima.
América Latina es una de ellas, con 120.000 o un 9% más respecto a 2010, del cual ONU Sida advierte en particular de la situación de las poblaciones migrantes e indígenas.
El año pasado se estima que 2,3 millones de personas vivían con VIH en América Latina, donde el número de muertes relacionadas con el sida disminuyó un 28 % respecto a 2010, hasta un estimado de 30.000, aunque aumentó entre la población femenina de Costa Rica, El Salvador, México, Panamá, Paraguay y Perú. El documento no precisó la situación chilena en su resumen ejecutivo.
El informe observa una alta prevalencia entre las poblaciones no migrantes afrodescendientes e indígenas en algunos países, como Brasil, Guatemala, Venezuela, Perú y Colombia, y las barreras geográficas y lingüísticas son algunos de los factores que afectan su acceso a los servicios.
Por otra parte destaca que los países están teniendo que adaptar sus respuestas al VIH a los significativos movimientos de migrantes y refugiados en la región, al subrayar que la prevalencia del VIH en esta población es al menos el doble de la media regional.
Así, agrega, es necesario que los sistemas sanitarios de los países de destino y de tránsito integren a las poblaciones migrantes y ofrezcan un amplio seguro médico que incluya opciones de prevención, pruebas y tratamiento del VIH.
Estigmatización
El estigma relacionado con el VIH, el miedo a la deportación y el acceso limitado a servicios por parte de los migrantes y desplazados venezolanos, más de 6,5 millones en toda América Latina, tienen como consecuencia un insuficiente uso de los correspondientes servicios, señala el reporte.
Así, el estigma y la discriminación siguen perjudicando la salud y el bienestar de las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo, advierte Onusida.
Las encuestas del Índice de Estigma 2.0 realizadas en Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Perú muestran que alrededor del 15% de los encuestados han sido víctimas de la estigmatización al buscar servicios relacionados con el VIH, y más de una cuarta parte -el 27%- al intentar acceder a otros servicios sanitarios.
Por otra parte, el 89% de la población regional que vive con el VIH conoce su estado serológico, un 73% está en tratamiento y el 67% se considera suprimido viralmente.
Según el informe, en general, los programas de prevención no son eficaces en llegar a las poblaciones con mayor riesgo de infección
A pesar de la mayor disponibilidad de profilaxis preexposición (PPrE), profilaxis postexposición y autodiagnóstico del VIH, la aceptación de estas opciones sigue siendo baja en comparación con otras regiones, agrega.
Así, sólo 204.000 personas utilizaron la PPrE al menos una vez en 2023, en comparación con el objetivo de 2,3 millones para 2025 en la región, lo cual sirve de recordatorio de la necesidad de fomentar la demanda y de implicar a las comunidades en la prestación de este tipo de servicios.
En tanto, la disponibilidad de recursos para dar respuesta al VIH se situó en 2023 en los 3.000 millones de dólares, lo que supone una brecha del 21% para alcanzar el objetivo de 2025.
En lo global
A nivel mundial, desde el peak alcanzado en 1995 las nuevas infecciones por VIH registradas en 2023 (1,3 millones) se han reducido en un 60,6%, pero la cifra es aún tres veces mayor que el objetivo de 370.000 o menos nuevos casos fijado para 2025, recuerda Onusida.
Por primera vez en la historia de la pandemia se producen más nuevas infecciones fuera de África subsahariana que dentro, lo que refleja tanto los logros en materia de prevención alcanzados en gran parte de esta región como la falta de avances comparables en el resto del mundo.
El número de personas que contrae el VIH aumenta en al menos 28 países, algunos de los cuales ya tienen epidemias importantes. Aparte de las tres regiones en que sube los casos, aquellas que bajan son Asia y el Pacífico, Europa occidental y central, Norteamérica, el Caribe, África occidental y central, y en África oriental y meridional.
Actualmente hay 39,9 millones de personas en todo el mundo que viven con VIH, de las que 38,6 millones tenían 15 años o más y 1,4 millones eran niños.