El hiphopero sanantonino que la rompe en Spotify con sus ritmos
Rodrigo Ramírez, conocido en la escena musical como Azerbeats, suma más de 122 mil oyentes mensuales en esta red. Aquí cuenta cómo conoció el hip hop junto a sus amigos en Colinas del Mar cuando era un niño.
En el mundo del hip hop, Rodrigo Ramírez Rodríguez (37) es Azerbeats y su trabajo musical se ha hecho conocido incluso a nivel internacional, lo que lo llena de orgullo. Su éxito como beatmaker (productor musical), rapero y hiphopero es tal que en la plataforma Spotify tiene cerca de 123 mil oyentes mensuales y 13.900 seguidores en su cuenta de Instagram (@ azerbeats). Dentro de sus logros, este chef de profesión proveniente de Colinas del Mar y que actualmente está radicado en Santiago, ha sido campeón de productores Red Bull y de la Batalla de Gallos en 2017. También ha creado ritmos para competencias Fms Chile y España, 420 Backyard, entre otras.
"Llegué a vivir a las Colinas del Mar a los 10 años. Antes viví en Aguas Buenas y en ese tiempo aún no era un sector industrial, era muy tranquilo, nos juntábamos a jugar a la pelota. Desde los 14 años que me gusta el hip hop y lo conocí con mis amigos del barrio. Empecé cantando, rapeando y por esa necesidad aprendí a hacer beats que es a lo que me dedico hoy en día. Mis recuerdos son con ellos escuchando música, haciendo las primeros freestyle y tocatas. Ahí me enamoré del hip hop, de sus códigos, experiencia y enseñanza", comenta el artista sanantonino recordando sus inicios.
Luego sigue con su relato. "A los 16 ó 17 años soñaba con vivir del hip hop y en Chile los únicos que hacían eso eran los Tiro (de gracia), Makiza y la Pozze (Latina). Entonces vengo de una etapa donde hacer música era difícil y si hoy puedo hacerlo, es bacán porque es lo que soñé. Es lo que trato de transmitir a las generaciones que vienen, que se puede. Si hay talento hay que ser perseverante, constante y respetuoso. Hay oportunidades en el hip hop para convertirlo en una pasión. Conozco cabros que eran grafiteros y hoy son diseñadores de cosas que ni te imaginas, otros que terminan bailando en eventos grandes. El breakdance es hoy un deporte olímpico y es genial porque hay una evolución".
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que haces?
-Soy súper apasionado por el hip hop porque encuentro que es parte de mi vida y me ha hecho conocer personas bacanes. Me ha tocado viajar y si alguien me dice que le gusta el hip hop, de inmediato se forma un mini lazo. He conocido grandes diseñadores, abogados o gente de marcas importantes que son ingenieros comerciales y vienen del hip hop.
-¿Cuánto tiempo te dedicaste a la gastronomía?
-Estudié gastronomía, me titulé el 2008 y de ahí trabajé para delante como chef bastante tiempo. En 2012 me empecé a dedicar a la comida rápida. Partí como gerente, luego supervisor de operaciones y fui avanzando. Esa pega era 24/7, muy demandante. Ese fue el impulso para decir 'si le dedico tantas horas y tiempo a alguien, cómo no lo voy a poder hacer para mí mismo'. En 2010, más o menos, fue cuando dije que me gustaba la música, la tomaba como un hobby y me compré mis primeros equipos. Seguí haciendo música de forma paralela a mi trabajo. Ya en el 2017 en una competencia de productores de Red Bull me comenzó a picar el bichito de que a lo mejor tenía 'dedos para el piano'. En 2019 tomé la decisión de dejar de lado mi trabajo formal. En ese momento era supervisor de operaciones en una cadena de comida rápida y me arriesgué a dedicarme a la música independiente y eso dio frutos.
-¿Te costó tomar la decisión de dejar tu trabajo?
-Costó obviamente, porque como te digo, por el trabajo me vine a vivir a Santiago en 2015, entonces el hecho de tener que pagar arriendo, cubrir los gastos de mi hija y los míos, era difícil atreverse porque involucra muchas cosas. Además, está el tema de ser constante y perseverante porque en las disciplinas del arte son muy pocos los que pueden vivir de esto, independiente de la música urbana que está facturando. Son casos muy puntuales. No fue una decisión fácil, pero sentí que tenía la capacidad de hacerlo.
-¿Qué has hecho en tu trayectoria artística?
-Básicamente me enfoco en distintos trabajos. Uno es el que hago con artistas, ya sean chilenos, peruanos, españoles y un sinfín más, pero en su mayoría nacionales. Esto lo estoy retomando porque harto tiempo dejé de colaborar con otros músicos porque estuve trabajando en mi música, debido a que los beats (patrón de ritmo que se usa como base para las letras y la melodía de una canción) que hago, al no tener letra encima, son un idioma universal. Gracias a eso logré que mi música se escuchara en Japón, Holanda y en todo el mundo se escucha hoy día. Hace poco estrené mi trabajo con Negro Luiggi, un artista peruano, tengo varios trabajos con Big Seikogram, con Basek, que es de San Antonio y estamos haciendo algo en conjunto, pero el último tiempo me he enfocado en generar hitos solamente con mis beats. Me dedico más que nada a las batallas o eventos de freestyle, porque me desarrollo como Dj. Así mi música ha llegado a varias partes.
-Has ganado varias competencias…
-Claro, en el año 2017 gané la competencia de productores de Red Bull, que es algo que se hacía paralelamente a la de Freestyle (estilo libre). Estuve en el combate freestyle que se transmitió por el canal Space y TNT, en 420 de ExpoWeek, en el Festival del Terremoto y uno de los hitos más importantes en el último tiempo, es que firmé publishing con Universal Music que es uno de los sellos más grandes que hay en el mundo.
-Tú te defines como un beatmaker. ¿De qué se trata esa labor?
-Beatmaker es la persona que crea ritmos, el productor musical, el que decide, si se ocupa o no máquinas, qué programas y todo lo que conlleva una canción. Me preocupo de impulsar esta disciplina, buscar nuevos talentos, ayudarles a crecer y generar eventos en torno a esto. Hemos hecho sesiones, para impulsar el perfil del beatmaker entendiendo que es un artista al igual que un cantante o el baterista de alguna banda.
éxito en mundo digital
La excelente recepción que tiene el trabajo de Azerbeats se refleja en los números que arrojan las plataformas digitales. El mismo artista ratifica las cifras que lo motivan a seguir haciendo cada vez más ritmos.
"Hace pocos días estrené un nuevo álbum, es mi proyecto más reciente. Dentro de las plataformas, especialmente Spotify, cada álbum que saco genera distintos hitos. Tengo uno que tiene 4 millones de reproducciones, el anterior a este ya tiene 2 millones y siempre me preocupo de generar atmósferas que más que eso, sean una experiencia. El disco anterior saqué copia física, merchandising y para este nuevo disco hice fiesta de lanzamiento y poleras, bolsos, pasamontañas y contenido de sonido para los productores para darle un concepto. Se llama "Break your neck", que significa quiebra tu cuello y trabajé la promoción en torno a eso. Ahora todos me saludan afirmándose el cuello y cosas así (ríe). El disco tiene 15 instrumentales, se presenta como las 15 maneras de quebrarse el cuello. Es lo más nuevo, estoy disfrutándolo y sacándole provecho", afirma.
-¿Hay más exponentes locales de este género musical en la zona?
-Hay muchos más beatmakers en San Antonio, antiguos y nuevos pero en la visión de que se dediquen en un 100% no lo sé, es difícil. Está Morbas Beats que lo conozco de hace tiempo y hay otros chicos que son mucho más jóvenes que yo, deben tener entre 19 y 21 años, los que están empezando en esto y están nivelando en base a su vida, su música.
-Siempre coinciden los artistas locales en que es difícil vivir de lo que hacen…
-Eso pasa en muchos lugares donde les ofrecen tocar en eventos, pero casi gratis porque sienten que por el hecho de darte la posibilidad de tocar es tu pago, pero nadie vive de solo mostrar lo que hace. Hay harto trabajo detrás, tengo que ensayar, llevar mis equipos, movilizarme y hay tiempo invertido. Yo me siento a hacer un beats para una marca y estoy cuatro horas dedicado a eso. Entonces si voy a un show de cuatro horas no puedo recibir menos que lo que voy a generar en mi casa. Una vez que iba a tocar en un evento municipal de San Antonio me ofrecían creo que 30 mil pesos y tenía que ir como a tres reuniones, lo ven como si fuera un hobby y para mí no es así. Yo amo esto y tal como en un momento le trabajé 45 horas a un jefe, ahora son 45 horas que trabajo para mí, por eso debe tener esa valorización.
-¿Tienes proyectos para los próximos meses?
-Estoy proyectando hartas cosas, pero lo más sólido es un disco que quiero hacer con Basek. Somos amigos de la vida y hace tiempo que no hacemos algo juntos y nos pusimos esa meta.
-¿Lo de la gastronomía quedó en pausa?
-Hoy en día cocino para la gente que amo como mi familia, que visito cada fin de semana en San Antonio, y amigos en mi casa, pero no como una profesión porque siento que la cocina es algo que amaba pero que era un poco ingrata con respecto a los horarios, al trato, la presión y pienso que de verdad la música me llena más. Cocinar me encanta, pero el momento en que uno se sube al escenario, empieza a tocar sus beats y comienza a disfrutar, la sensación es impagable, lo vivo y lo disfruto.
"Estudié gastronomía, me titulé el 2008 y de ahí trabajé para delante como chef bastante tiempo. En 2012 me empecé a dedicar a la comida rápida",
Azerbeats
"Soy súper apasionado por el hip hop porque encuentro que es parte de mi vida y me ha hecho conocer personas bacanes. Me ha tocado viajar y si alguien me dice que le gusta el hip hop de inmediato se forma un mini lazo",
Azerbeats