David Muñoz Castillo

El lunes el cuerpo docente y los asistentes de la educación del Instituto Bicentenario Javiera Carrera Verdugo de San Antonio paralizaron las clases desde las 10.30 horas por la presencia de fecas de ratón sobre el microondas de su comedor. Y si bien determinaron retomar las actividades ayer, la jornada no fue normal.

Los padres y apoderados del establecimiento se manifestaron y de forma autónoma por curso, de primero a octavo básico, determinaron no enviar a sus hijos a clases debido a la situación sanitaria.

"De mi curso solo fueron dos alumnos", contó Gabriela Sepúlveda, apoderada de tercero básico. Así, esta decisión se fue replicando en cada uno de los niveles del establecimiento que tiene más de 300 estudiantes.

A la decisión de padres y apoderados se sumó una protesta con pancartas que pedía mejores condiciones. "Queremos un colegio sin plaga de ratones " y "En mi colegio llueve más en las escaleras que en el patio", en relación a los problemas de infraestructura del establecimiento, eran algunas de las consignas.

Durante los días del intenso temporal de comienzos de mes una parte de cielo del establecimiento se derrumbó sobre una escalera, evidenciando los problemas que tiene la techumbre.

"Aquí hace algunos días se cayó un techo y de ahí se vieron grandes cantidades de ratones muertos, fecas de ratones y otras cosas que estaban en ese entretecho, lo que genera gran preocupación para nosotros", relató un apoderado.

Decisión

Por cursos se están organizando y aunque las clases no se suspendieron, los propios apoderados tomaron la determinación de no enviar a los alumnos. "Este año se han suspendido las clases unas cinco o seis veces por los ratones, pero la directora no lo ha informado a la Daem, solo decía que era por razones sanitarias", reclamó Gabriela Sepúlveda.

Frente a esto los apoderados se movilizaron. "No podemos seguir así, nos organizamos como papás para dar a conocer lo que están pasando los chiquillos. Son los mejores en el Simce de toda la provincia, pero no tienen las condiciones para estudiar. Es indigno", planteó la apoderada.

Gabriela Sepúlveda solicitó una intervención de los dos establecimientos, el Javiera Carrera y su vecino el Grupo Escolar Pedro Aguirre Cerda. "Si un día desratizan un colegio, los ratones se van para el lado. Tienen que hacer una reparación completa de los dos colegios, si están en el mismo edificio".

La apoderada llamó a la municipalidad a tomar medidas efectivas y a quienes administran los silos, desde donde saldrían los ratones, a sanitizar y desratizar más veces para terminar con el problema, que está provocando un éxodo de alumnos por no contar con condiciones mínimas.

La concejala Paola Améstica, en noviembre del año pasado, junto con algunos de sus colegas, denunció esta situación. "Estos dos colegios están invadidos de guarenes y ratones, se tiene que hacer una buena pega para mejorar lo que pasa, pero tienen proyectos de conservación y devuelven la plata. Se tienen que arreglar los dos", exigió la edil.

"Este es un tema que se viene arrastrando hace tiempo, pero no se toma en serio", reclamó.

Una fotografía captada desde el edificio del hospital de San Antonio hacia uno de los patios interiores, muestra varios catres clínicos botados y amontonados, listos para ser desechados.

La imagen generó inquietud, porque quienes la vieron se preguntaron si estos catres no podían ser donados a personas postradas, que requieren de estos implementos, que son una ayuda para los enfermos y sus cuidadores.

Como presidente de la comisión de Salud, Manuel Meza le hizo una propuesta al director de la salud municipal, José Luis Hernández.

"Habiendo visto que a un costado del antiguo edificio del hospital Claudio Vicuña de San Antonio, sector poniente (morgue), se encuentran apilados varios catres clínicos, los cuales se ven que están para ser dados de baja, quizás de todos estos catres se podrían rescatar algunos que puedan ser reparados, por algún equipo municipal, o contratar dicho servicio a nivel externo para que los puedan acondicionar, habilitar para nuevamente ser usados, siempre y cuando se puedan recuperar, con el objeto de que puedan tener alguna vida útil nuevamente y con ello ir en apoyo de las familias de la comuna", planteó el edil.

Manuel Meza le pide al doctor Hernández, que a través de la repartición que dirige le solicite a "la dirección del hospital Claudio Vicuña y al Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio puedan realizar una donación de un porcentaje y/o parte de los catres clínicos, de los que quedaron en dependencias del antiguo edificio del HCV, los que fueron reemplazados por catres nuevos que estaban financiados con los fondos del equipamiento clínico (camas y catres clínicos) para el nuevo edificio del HCV".

Desde el hospital no se pronunciaron, ya que no ha ingresado una solicitud formal.