Joven enfermera quedó con heridas graves tras ataque de perros en Llolleo
Otro corredor fue víctima de los canes el fin de semana y una vecina del sector hace un año también resultó mordida por los mismos animales.
Al menos dos ataques se registraron el fin de semana pasado de perros que mordieron a vecinos que realizaban actividad física en las inmediaciones del ingreso norte del puente de Lo Gallardo en Llolleo.
Imágenes de las heridas de un joven corredor que fue atacado, advertían a deportistas en redes sociales. "Antes del puente de Santo Domingo, donde hay un local que vende fierros, hay unos perros atacando", alertaba el audio que acompañaba las fotos.
Pero no fue el único ataque ese día sábado, ya que Catalina Durán, una joven estudiante de enfermería, también fue víctima de los mismos canes, pero su caso fue más grave.
"Me mordieron en el brazo y la pierna derecha. Tengo 30 puntos, fueron heridas expuestas, con exposición de tendón", relató la llolleína, quien sufrió el ataque de dos perros cerca de las 19.30 horas.
"Andaba trotando, pero en ese lugar pasé caminando, porque ya iba llegando a mi casa. Cuando iba saliendo del puente, cerca de un local de comida rápida, mirando mi celular, me doy cuenta que aparecen dos perros gigantes. Uno café y otro negro, el café tenía una placa como que era de casa", contó.
La joven vio cómo se aproximaban los animales, pero "pensé que andaban con el dueño. De repente uno de los perros se me tiró. Cuando se me tiró el perro café, por defenderme puse mi brazo a la altura de la cara. Me mordió, no me quería soltar. El perro negro me agarró la pierna derecha, tampoco me soltaba".
Aunque vehículos y transeúntes pasaban por el lugar, nadie la ayudó. "Cuando vi que se iba a poner peor, movían la cabeza de un lado para otro, grité '¡ayuda, ayuda!', nadie se acercó. Había un letrero de un local, agarré eso, le pegué a los perros y lo ocupé como escudo. Después le tiré el letrero y salí corriendo. Los perros siguieron camino hacia San Antonio, por avenida Chile".
A Valparaíso
Catalina entró al negocio cercano para pedir ayuda. "Una señora me dijo 'vi lo que te pasó, anda a lavarte el brazo', pero tenía una fuerte hemorragia. Le pedí algo para hacerme un torniquete. Estaban todos en shock, porque era mucha la sangre que me salía. Como nadie me pescó me saqué el polerón para hacerme el torniquete. El perro me agarró una vena", describió la estudiante.
La llevaron al SAR de Llolleo, le pusieron un vendaje compresivo, y ante la gravedad de las mordeduras, la trasladaron al hospital Carlos van Buren. "Me hicieron un examen de rayos, para ver si tenía compromiso de tendón. Tengo 20 puntos en el antebrazo derecho, cinco en un dedo de la mano derecha y 10 en la pierna derecha", detalló.
Incluso los médicos barajaron la opción de ponerle un injerto porque "en la pierna me sacaron hasta músculo . No fueron unas mordeduras simples".
Ayer fue a su primera curación y aún persiste el peligro de infección por la saliva de los perros. "Este es mi último año de internado, tengo una licencia de 10 días. No sé qué pasará con eso", expresó con inquietud.
"Voy a quedar con cicatrices de por vida", reflexionó sobre su caso, que no es el único.
"En el SAR me dijeron que llegaron dos personas que fueron atacadas en la misma parte, un niño en bicicleta y otro trotando. No quedé bien sicológicamente. Imagina si esto le pasa a una niña, un niño o a un adulto mayor", comentó.
Otro ataque
La mañana del domingo 20 de agosto de 2023, Ana Laura Galarza fue atacada por los mismos perros. El hecho fue en Los Maquis con avenida Chile.
"Los perros son de una casa que está en la esquina", determinó, ya que presentó un reclamo formal el 28 de septiembre del mismo año en la Municipalidad de San Antonio.
Recordó que "salí a trotar temprano ese domingo y a la vuelta los perros se me lanzaron, estaba a punto de llegar a la esquina. Venía sola, los perros me atacaron, forcejeé, batallé, les pegué hasta que finalmente logré agarrar a uno por el collar y al otro por el hocico, le metí la mano entre los dientes, me mordisqueó entera la mano. Pedí ayuda, no andaba nadie, gritaba. De repente vi que venía bajando un auto por avenida Chile, empujé a los perros, corrí y afortunadamente la persona me auxilió".
Ana Laura quedó con ocho mordidas, una cerca del tendón del brazo. "Hice las denuncias y nunca pasó nada. También por salud mental dejé de lado el tema, porque quedé con un cuadro de estrés postraumático, tuve que hacer tratamiento".
La vecina de Llolleo al ver los nuevos ataques de este fin de semana se decidió a hacer público su caso "para ponerle un freno a esto. Son los mismos perros, por la descripción de las personas un perro café y otro negro. Uno es agresivo, no ladra, se tira".
El concejal José Ibarra, quien viene hace meses alertando de estos ataques en distintos puntos de la comuna, en este caso puntal comentó que "hace un tiempo vengo conversando con una vecina que está denunciando sobre los perros de un domicilio en avenida Chile, que atacan a los vecinos".
El edil dijo que " se repiten los casos de vecinos que tienen a estos perros en condiciones de estrés y encierro, se sueltan y atacan a las personas. Los antecedentes están en conocimiento de la Unidad de Zoonosis".