"En ese siglo la mujer no tenía nada, la serie está adelantada a su época"
Guaita y Andrés Baida, a cargo de los personajes principales, comentaron cómo fueron las primeras impresiones de sus papeles y las experiencias que trajo el rodaje de la serie de Max que se estrenará el 3 de noviembre.
Javiera Palta Olmos
Buscando traer de regreso el realismo mágico latinoamericano a la televisión, el servicio de streaming Max inició la cuenta regresiva de lo que será "Como agua para chocolate", adaptación de la clásica novela de Laura Esquivel que llega a la plataforma en formato de serie el próximo 3 de noviembre.
La ficción tratará de una nueva adaptación del exitoso libro de Esquivel, que ya tuvo su propia película en 1992 y ahora buscará mostrar parte del relato del libro de recetas enfocado en el eterno y angustiante amor imposible entre Tita y Pedro, luego de que la madre de la chica le prohibiese casarse debido a que su destino como hermana menor es cuidar a la matriarca hasta el día de su muerte, por lo que Pedro, con el fin de querer estar con Tita a pesar de todo, decide casarse con una de sus hermanas.
Baida
"Yo no vi la película", comenta en conversación con este medio Andrés Baida, quien interpreta a Pedro Muzquiz. "El libro lo había leído y lo releí. Mi mamá es la que ve la película hasta el cansancio. Cuando ella se enteró de que sería Pedro, lloró. Yo no entendí, solo me dije: 'ok, es importante'", recuerda entre risas.
"Pero aunque sabía de la película, no la quise ver, quería hacer mi propia versión, yo quiero darle mi propia voz, mi propio cuerpo a este Pedro. Porque pasa que (al ver otras producciones) te contaminas, no de mala forma, pero lo ves y dices 'ah, esto es lo que pasa'. Quería darme la oportunidad de crear y de darle la oportunidad a los directores de hacer un Pedro distinto", añade.
Quien sí vio la cinta fue Azul Guaita, la desolada Tita en la serie. "Antes de la serie sabía que había una novela, pero nunca la había leído ni la había visto. Y cuando me llamaron para hacer el primer casting, dije: 'suena interesante, tengo que verla'. Y vi la película y cuando me llamaron dije: 'no, pues ya tengo que leer el libro'. Cuando lo leí, me relacioné mucho con el relato", comenta.
Pero no solo fue una conexión con la historia, debido a que Guaita también tuvo la oportunidad de hablar con la autora, Laura Esquivel, sobre el proyecto. "Fue increíble, la verdad", asegura, sin dar mayores detalles, apuntando que en medio del rodaje quiso también leer "El Diario de Tita" para entender aún más a su personaje.
De todas formas, la actriz confiesa que el encarnar a Tita fue una tarea difícil, debido a sus diferencias con el personaje. "Mi primer pensamiento fue '¿cómo puede estar basando su vida por un hombre?'", confiesa entre risas.
"Después fui leyendo y aprendiendo y entendí que ella no conoce nada más. Pedro es el amor de su vida y ella viene a esta vida para llenar a las personas de amor a través de la cocina. Y entonces se encuentra a Pedro y creo que Pedro es nada más como una parte de la vida de Tita, una persona a la que ella le puede dar amor", asegura.
Al igual que en el libro, la cocina es otra protagonista de la historia, y Guaita era consciente de aquella misión. Es por eso que tuvo que aprender a cocinar, además de tener que manejarse en montar a caballo y cambiar su acento "como un poco más norteño".
"Recuerdo que empecé las clases de cocina y justo estaba pasando por un momento medio raro en mi vida. Estaba muy llena de energía no tan buena (...) estaba con un metate, que es como una piedra para moler, y cuando me toca usarlo, la piedra que estoy agarrando, se rompe en dos. Todos nos quedamos en shock y entonces supe. Eso es Tita", comenta, explicando que "más que magia, es su energía, que siempre la va pasando por su cocina".
Por otro lado, Baida ríe al hablar de su personaje. "Híjole, mi única referencia es este canijo, que tomó unas decisiones un poco apresuradas", dice de entrada mientras ríe al recordar el inicio del drama amoroso por su matrimonio sin Tita.
"Desgraciadamente, podrás o no estar de acuerdo con eso. A mí me toca no juzgarlo, defenderlo y entenderlo. Porque la decisión de Pedro, desde donde lo hizo, fue desde el amor, desde la pasión".
De todas formas, confiesa que "me molestó un poco, o sea, ¿cómo vas a hacer eso? Me tocó juzgarlo desde un inicio, fue como '¿cómo se te ocurre aceptar eso? No puede ser'. Pero bueno, creo que fue bonito el entender que lo hizo desde un lado de amor, tonto, pero amor al final del día. ¿Y quién no hace estupideces cuando está enamorado? La gente es impulsiva, buscas cualquier manera para estar con alguien, ya sea que sea tu vecino y te sales a las noches a hablar con ella y no sé, te escapes. Y Pedro está muy chistoso, me tocará defenderlo a dientes y uñas".
Locación
Otro gran desafío fueron los lugares en donde grabaron la serie, ya que no sólo se abocaron en estudios, sino que también buscaron lugares históricos que mantuvieran las mismas construcciones de la época de la Revolución Mexicana (entre 1910 a 1920) en zonas cercanas a Tlaxcala, México.
Sobre este mismo cambio de época, Guaita destaca "el poder de la mujer en esta historia. La hacienda literalmente la lleva la mamá, algo que en ese tiempo no pasaba".
"Era muy difícil que una mujer llevara toda una hacienda, porque era mal visto. Y mamá Elena lo hace muy bien, la lleva. Y el poder que tienen por sobre todo las hermanas, que dicen 'sí, soy mujer, pero lo puedo hacer' (...) En ese siglo obviamente la mujer no tenía nada, no podían decir nada, no podían trabajar en nada, entonces poder ser una mujer en esa época con tanta fuerza, con tanto poder, no solamente físico, sino sentimental, o el poder que Tita tiene con su mente, que no se da cuenta, es algo increíble".