Ignacio Arriagada M.
El verano es la estación del año que más suele alterar los hábitos de alimentación e hidratación de las mascotas. Aunque lo lógico sería que a mayor calor más fueran las ganas de beber agua y comer, lo cierto es que ocurre todo lo contrario. Para los dueños de perros y gatos, este comportamiento es desconcertante y, en ocasiones, preocupante por los problemas que podría ocasionar en la salud de sus animales, principalmente relacionados con la deshidratación o la mal nutrición.
Ante ello es relevante que aquellos que tengan mascotas sepan por qué se produce esta conducta y de qué manera proceder.
"En los días de calor, tanto perros como gatos suelen perder interés por la comida y el agua. Esto tiene varias razones naturales como, por ejemplo, que el calor afecta su metabolismo, ya que comer y digerir genera calor en el cuerpo; también porque prefieren descansar, puesto que las altas temperaturas provocan que estén menos activos, lo que reduce su gasto de energía y, por lo tanto, su apetito; y, finalmente, su comportamiento instintivo se activa. Esto quiere decir que muchos animales limitan sus actividades cuando hace calor extremo, incluido buscar comida o agua, para evitar el riesgo de deshidratarse o sobrecalentarse", parte explicando a este medio el médico veterinario y académico del Hospital Clínico Veterinario de la U. San Sebastián, René Alegría.
Agua y comida
Considerando las razones del especialista, podría parecer un gran desafío mantener hidratados y bien alimentados a canes y felinos en la temporada estival. Afortunadamente, existen varias estrategias efectivas para alcanzar este objetivo.
"Una de las alternativas para mantenerlos hidratados es preparando caldos de pollo o carne, enfriarlos y luego diluirlos en sus platos. Otro método es colocando varios recipientes de agua fresca por la casa e ir cambiándolas con frecuencia. También está la chance de usar bebedores tipo fuente, que a muchos gatos y perros les parece más atractivos. Estas estrategias puede ser mucho más estimulantes para los animales y ayuda a cumplir el objetivo, que es que tome la cantidad de agua necesaria. Un gato de tamaño promedio, de 4 a 5 kilos, necesita entre 250 y 250 ml de agua al día, mientras que un perro requiere entre 50 y 100 ml de agua por kilo de peso al día", especifica Alegría
En cuanto al cumplimiento en la ingesta de alimentos, el médico veterinario sugiere que en el caso de los perros es una buena estrategia "ofrecerles comida húmeda o patés, ya que son fáciles de digerir. También es un buen mecanismo servir porciones pequeñas y en horarios frescos, especialmente en la mañana o en la noche, que es cuando hace menos calor. Otro método es preparar snacks refrescantes, que podrían ser caldos sin sal con trozos de zanahoria o pollo en moldes".
Respecto a los mininos, las opciones, según el académico de la USS, serían: "Combinar alimentos secos con húmedos. Los enlatados son más atractivos y fáciles de comer, especialmente en días calurosos. También es efectivo calentar ligeramente el alimento, porque potencia su aroma y despierta el interés del gato. Por último, crear un ambiente tranquilo y fresco es clave, ya que los gatos son sensibles al entorno. Aquí se recomienda alimentarlos lejos del ruido o del calor excesivo".