Vuelco en muerte de soldador: heridas que sufrió podrían ser por caída y no una golpiza
Antes de morir, Silvestre Ramos dijo que fue golpeado por cuatro hombres, pero la PDI no descarta que sus heridas hayan sido producto de una caída. Falta de testigos y pruebas nubla la verdad, mientras su madre clama por justicia.
El domingo 2 de marzo, la villa Francia de El Quisco amaneció con un cuerpo tendido bajo la sombra de un árbol. No era un mendigo, ni un borracho abandonado al ritmo de la madrugada. Era Silvestre Ramos Lagos, "Silver" para los suyos, un soldador de 33 años cuyo cuerpo presentaba severas lesiones, con la mandíbula fracturada, costillas quebradas, la columna desalineada, el cráneo hendido y dientes arrancados de raíz.
Nueve días después, la muerte alcanzó a "Silver" en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, pero antes, en un susurro entre tubos y cables, le alcanzó a decir a su madre: "Me pegaron muy fuerte, mamá. Fueron cuatro hombres".
Pero ahora, 41 días después, la historia se tambalea. La Brigada de Homicidios de la PDI no encuentra rastros de esa golpiza. No hay cámaras que la capturen, ni vecinos que hayan escuchado gritos. Solo un árbol, una quebrada y una hipótesis tan fría como posible: ¿Y si Silver se cayó?
La agonía de un relato
Zamantha Lagos, la madre de Silvestre, conversó con Diario El Líder la tarde de ayer domingo, justo después de visitar el mausoleo donde descansan los restos de su hijo en el cementerio de El Totoral, en la comuna de El Quisco. Dañada por los hechos, relató que su hijo despertó del coma el tercer día, la miró con los ojos hinchados y le dijo "te amo", antes de contar lo que vivió.
-Entiendo que en ese período de agonía su hijo le contó lo que le había pasado. ¿Qué fue lo que le dijo sobre lo que le pasó?
-No fue lo primero que me dijo, sino que yo le pregunté cómo se sentía, me dijo que se sentía un poquito mejor, que se quería ir a la casa, yo le dije que no se preocupara, que iba a estar todo bien. Entonces él me dijo: 'mamá, a mí me pegaron muy fuerte, me golpearon, fueron cuatro hombres', y yo le pregunté, ¿tú los conoces? 'No', me dijo, 'yo no los conozco'. ¿Dónde fue? Ahí me dijo 'cuando pasé por ese lugar ellos me atacaron inmediatamente'. Entonces, yo le pregunté por qué no corrió si estaba a una cuadra de la casa y él me dijo: 'mamita yo no pude correr, no pude'. Y por qué no gritaste, le pregunté y me dijo: 'Sí, grité, yo grité mi nombre bien fuerte, pero nadie me escuchó'.
Zamantha se aferra a lo último que le dijo "Silver", pero sabe que, en un caso sin testigos, las palabras de un moribundo no son prueba. "No tengo cómo demostrarlo", admite.
-¿Y qué hay de esta hipótesis que maneja la PDI, que puede cambiar las cosas?
-Bueno, lo que pasa es que en este sector hay una quebrada donde hay árboles y él fue encontrado debajo de un árbol. Entonces, cuando nosotros fuimos a dar la declaración, el oficial de la PDI nos dijo que manejan dos hipótesis. Una que puede haberse caído del árbol y la otra es la que fue golpeado. Pero lamentablemente no hay testigos de nada, de la golpiza, no hay testigos. Y yo tampoco tengo pruebas de lo que me dijo mi hijo.
-Por lo tanto, podría tomar fuerza el hecho de que él se haya caído del árbol, donde lo encontraron.
-Puede ser, eso me dijo la persona de la PDI que el caso podría tener un vuelco. Pero eso se va a saber con los resultados de la autopsia y con las investigaciones, igual quiero dejar claro que lo que yo estoy diciendo es lo que me dijo mi hijo, que me lo dijo dos días seguidos y a mi esposo igual le dijo lo mismo, que lo habían agredido cuatro hombres.
Sin testigos, ni pruebas en contrario, la teoría de la caída gana terreno. El sector es empinado, con árboles altos y quizás, "Silver" trepó y resbaló. Los informes del médico legista podrían aclararlo, pero mientras la ciencia trabaja, la familia vive en un limbo. Zamantha despierta cada mañana preguntándose qué fue lo que pasó y mientras la rabia y la pena se turnan, la justicia sin testigos, sin cámaras, sin más voz que la de un hombre fallecido, se parece cada día más a una sombra que se desvanece en el dolor de una familia desgarrada por la muerte y la incertidumbre.
"Él me dijo: 'mamá, a mí me pegaron muy fuerte, me golpearon, fueron cuatro hombres'",
Zamantha Lagos,, madre de Silvestre Ramos
"El oficial de la PDI nos dijo que manejan dos hipótesis. Una que puede haberse caído del árbol y la otra es la que fue golpeado",
Zamantha Lagos,, madre de Silvestre Ramos
9 días agónico estuvo el trabajador quisqueño, antes de morir debido a la gravedad de sus múltiples lesiones.



